El viento me sigue.
En la carrera del 14 de octubre en Puerto Venecia, un compañero bombero me hablo de una Media Maratón de montaña a celebrar el 28 de octubre, llamada Os Foratos de Lomenas, que era bonita, ni muy dura, ni muy larga, 21 km y unos 1.000 m de desnivel + por unos paisajes realmente preciosos en Torla, a la entrada del Parque Nacional de Ordesa. Además coincidía con los dos días de Orientación que Ana quería correr en Sabiñanigo, así que me apunte y decidí correrla.
El fallecimiento de mi suegra el día 17 cambió los planes iniciales, pero decidimos seguir adelante: un amigo nos dejaba una caravana en el camping Valle de Tena y así podíamos subir todos a pasar el fin de semana por el Pirineo: Mi mujer Mª José y Tango su perro, mi hija Ana con su novio Diego y yo.
Tuvimos tiempo de comer en Larres, pasear por el monte, coger rebollones, visitar Biescas (con ventisca de nieve), cenar en una pizzería en Sabiñanigo y de regreso a Zaragoza comer en un restaurante vegetariano en Nueno llamado La Olivera (si subís al Pirineo os lo recomiendo).
Ana y Diego corrieron el sábado por la mañana su carrera de orientación y el domingo tenían la segunda, los dejamos en el circuito y nos fuimos a Torla a recoger el dorsal y participar en la carrera.
131 corredores están apuntados y nuestro Club Unión Deportiva Vegetariana está representado por un 0’76% de los participantes. Ambientazo montañero en la salida, frio y como no, mucho viento gélido. Voy abrigado y descubro que no he cogido guantes, no hay problema, me pillo unos calcetines y me los coloco en las manos, la gente se “escojona” pero “ande yo caliente y ríase la gente”.
Antes de salir fotos de rigor y oigo una frase que la ire repitiendo durante toda la carrera
– No se trata de correr más que el lobo, sino en correr más que la oveja más lenta.